En
la Mancha albaceteña, restos del extremo de cosa, que acabe después de apurada,
en algo parecido a un pezón, por ejemplo, una pera, el pico de una barra de
pan, el rabillo de una boina, y así. Por extensión, y peyorativamente (y sobre todo con el prefijo tío o tía), dicho sobre
personajillos de poca monta física.
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