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jueves, 24 de abril de 2014

Pellica

Piel de conejo y por extensión, humana. Antes de los años sesenta una era cara y la otra barata. Al cambiar las tornas, los niños eran los encargados de cambiarlas al pelliquero ambulante, por chuches y abalorios, al estilo indio. O aprender jugando a vender cara la pellica. Y como buenos indios, siempre se perdía.

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